miércoles, 30 de octubre de 2013

LA TRADICIÓN CONTINÚA

Es tradición en muchos Colegios Salesianos, cerca de la festividad de Todos Los Santos, repartir castañas, igual que Don Bosco lo hizo con sus muchachos.
Nosotros no tenemos Colegio, pero la Casa Salesiana y el espiritu Salesiano continuan en Astudillo.


El día 3 de Noviembre.

Al finalizar el cine familiar de los Domingos.

El el Salón de Actos del Albergue Santa María de Astudillo.

 
 
 
REPARTO DE CASTAÑAS ASADAS  PARA TODOS.
 
 
 
 



UN CESTO DE CASTAÑAS QUE NO SE VACÍA

Este suceso lo contó José Buzzetti, y lo confirmó por escrito Carlos Tamatis, uno de los primeros muchachos acogidos por Don Bosco.

      El dia de Difuntos llevó Don Bosco a todos los muchachos del Oratorio a visitar el cementerio y rezar. Les había prometido, a la vuelta, castañas cocidas. Y había hecho comprar tres grandes sacos.
      Pero Mamá Margarita no había entendido bién sus deseos, y no hizo cocer más que tres o cuatro kilos.
      José Buzzetti, llegó antes que los demás a casa, vio lo sucedido y dijo:
      - Don Bosco va a quedar mal. Hay que deaírselo enseguida.
     Pero, con el alboroto de la vuelta de la hambrienta tropa, Buzzetti no supo explicarse. Tomó Don Bosco en sus manos  la pequeña cesta y empezó a repartír castañas con su grán cucharón. En medio de la barahúnta le gritaba Buzzetti:
      - ¡Así no! ¡No hay para todos!
      - ¡Hay tres sacos en la cocina!
      - ¡No, sólo estas, sólo estas! , intentaba decirle Buzzetti  mientras los muchachos gritaban y cogían castañas en tropel. Bon Bosco no quería creerlo.
      - Yo les he prometido a todos. Sigamos así mientras haya.
      Siguió entregando un cazo a cada uno. Buzzetti miraba nervioso los pocos puñados que quedaban en el fondo del cesto, y la fila de los que se acercaban, que parecía cada vez mas larga. Alguno más empezó a mirar con él. De pronto, casi se hizo silencio. Centenares de ojos desencajados miraban aquel cesto que no se vaciaba nunca...
      Hubo para todos. Quizás, por primera vez, con las manos llenas de castañas, gritaron los muchachos aquella tarde: ¡ Don Bosco es un santo!.







Texto extraido de: Vida de Don Bosco, el Santo de los jóvenes, de Teresio Bosco.